El agua es el principal componente del cuerpo humano constituyendo del peso corporal total entre 60 a 70 % para los lactante ,55 a 60 % para los niños y 55% en los adultos. El agua cumple funciones biológicas importantes como el ser diluyente de líquidos corporales (sangre, orina, secreciones digestivas, etc.), contribuye en el transporte de nutrientes a las células y de éstas los productos de deshechos y además regula la temperatura corporal.
Por ello es necesario consumir líquidos en cantidades suficientes para mantener el equilibrio hídrico, en el caso de los lactantes la leche materna es el alimento que satisface hasta los seis meses sus necesidades de nutrientes y de agua, no necesitando consumir agua de forma adicional, posteriormente con la alimentación complementaria ya se irá adicionando pequeñas cantidades de agua pero será recomendable posterior a la ingesta de las comidas, En la etapa adulta es recomendable una ingesta de 8 a 10 vasos de agua al día.
A medida que se acercan los días calurosos debemos mantener el cuerpo suficientemente hidratado, ya que las pérdidas por sudor suelen ser elevadas. En condiciones normales, el exceso de líquidos, bien sea agua u otras bebidas o el de alimentos ricos en agua (frutas y verduras), conduce a una pérdida extra de agua vía renal, produciendo una orina abundante pero diluida. Cuando el aporte es insuficiente, el organismo responde disminuyendo parte de la eliminación por los riñones lo que conduce a una orina más concentrada. Normalmente, la sensación de sed nos conduce a ingerir líquidos que nos permitan recuperando el equilibrio hídrico.
Pero debemos evitar llegar a ello ya que significa que ya hay inicio de la deshidratación, por lo que nuestro consumo debe ser de forma constante. En los adultos mayores, el centro que regula el mecanismo de la sed deja de ser tan efectivo por lo que es necesario recordarles continuamente que tomen líquidos. Pero a veces sucede también que no atendemos el reflejo de la sed, lo que va desencadenar en problemas de salud.
Debemos recordar que cuando la ingesta de líquidos es adecuada los riñones realizan en mejores condiciones su función de eliminación de deshecho produciendo una orina mas clara y en mayor cantidad, así también contribuye a hidratar mejor la masa fecal para una correcta evacuación y evitar el estreñimiento. ¿Como nos damos cuenta que nuestra hidratación es adecuada? Se debe observar el aspecto de la orina si es clara o de color pálido e inodoro indica una hidratación adecuada, pero si es de color amarillo intenso y de olor fuerte es indicador que no estamos hidratándonos correctamente.
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